31 de agosto de 2020

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Instantánea de la Ausencia:  “Adentro y afuera todo o algo se desvanece” / Soledad Bocca

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La imagen  parece estar sostenida arquitectónicamente por dos extremos que convocan a una misma presencia: la ausencia. Ausencia del autor  y del espectador. Pero también ausencia del tiempo, del espacio. El instante previo al desmoronamiento. Una presencia potente y sobrecargada y, al mismo tiempo, desvanecida, desterrada. Una huella. Un puente trazado en torno a un gesto que retiene la intención de llevar al límite la idea de una representación subordinada a lo real, como expresión de lo presente, como presente en él. 
La crisis del paradigma de representación, la inmolación de la presencia devenida ausencia, la desaparición del artista-autor y del espectador construyen un sistema de relaciones que convoca  a la mirada: el tiempo se ovilla en la obra, juega, explota y al mismo tiempo se retrae, se hace vacío, ausencia, se desvanece. 
La obra se ausenta y, en un mismo tiempo sin tiempo, es ausencia. La ausencia se hace obra, parpadea entre los limites, en los márgenes de aquello sobre lo que no se puede hablar, sobre lo que no se puede ver y tampoco pensar. 
 La ausencia de la obra se funda en una presencia que no transcurre pero aun así se hace huella y determina una oscilación entre los confines del tiempo y el espacio, entre un afuera y un adentro de formas huecas, vacías, portadoras de una nada, de un “antes” y a la vez un “durante” del ser obra de la obra.
El instante de la imagen se compacta en un todo, resuelto, se clausura sin posibilidades de fuga pero no descansa, vuelve sobre sí misma, sobre su huella, para extender sus límites, para desdibujarse. 
La ausencia se hace imagen, silencioso lenguaje que no expresa ni representa, que no testimonia. Y, aun así, acontece tambaleante entre la ambición de disolver el tiempo, de ser instante y el deseo de perdurar, de hacerse huella. No de una pisada, de una presencia, sino huella de otras huellas. Huella de otros. De huellas de otros. Devenir, instante, instantánea, rebosante de presencia, fosforescente, ausente.  
En la imposibilidad del tiempo, la obra, la presencia de su ausencia, desborda, se des-vela. Implosiona. Se deja (y me deja) descentrada.

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